Cuenta la leyenda que una vez cada varios siglos se dan las circunstancias para que ocurra un hecho tan excepcional. Quizá en nuestros días pueda volver a repetirse: hace tanto que ocurrió la última vez, es un hecho tan perdido en los anales de la humanidad, que podría volver a repetirse en cualquier momento. Volverá a tocar que suceda, inevitablemente. Pronto. Quizá este ocurriendo ahora mismo, mientras lees esto.
Hay quien defiende que aquellas historias que narran lo que ocurrió, que cuentan cómo ya había pasado mucho antes, eones antes, son tan solo un mito más. Una de tantas historias contadas de boca a oreja durante siglos y que, quizá basadas en un hecho cierto, se han ido transformando y cargando de una mitología y simbolismos puramente accesorios, habiendo convertido una pequeña anécdota en un gran adorno, una gran farsa vacía de realidad histórica.
Obviamente, yo no me cuento entre esa gente. Os explicaré por qué. Un día conocí a Eugenia y me habló de todo esto. Me contó como llevaba toda su vida estudiándolo. Me habló de aquellos pergaminos que se caen a pedazos y que había estado consultando por medio mundo. Me explicó todas las pruebas históricas, pruebas solidas y fehacientes, que demuestran que lo que en ellos se narra ocurrió realmente. Y entre esas cosas que se cuentan está esta leyenda. Que no hayamos encontrado pruebas de que sucediera no significa que no pasara; es más, no hay más que escuchar a Eugenia con un poco de atención para conseguir que te convenza de que algo así no solo ocurrió una vez, sino otras muchas antes de eso, atrás, muy atrás en el tiempo, cíclicamente, desde el mismo día que el ser humano comenzó a caminar por este mundo.
Y lo más curioso de todo es que puede volver a ocurrir. De hecho, todo indica a que ocurrirá, que tiene que suceder ya mismo, muy pronto. Quizá lo veamos nosotros, o nuestros hijos, o nuestros nietos. Pero no creo que tarde mucho más. Es inevitable que suceda pronto si son cierto lo que se cuenta de esta historia. ¿No es inquietante pensar que ha podido empezar a suceder ya y que no nos hemos dado cuenta aún? O, más inquietante aún: pensar que mañana, o mejor aún, hoy mismo, ahora mismo, tú, la persona que esté leyendo esto, comience a experimentarlo; que puedas ser el primer testigo de un hecho tan extraordinario, algo único, que cambiará de arriba a abajo toda nuestra concepción del universo, de la realidad, cómo lo ha hecho tantas veces antes, cómo es evidente que ocurrió antes también en tiempos históricos (ya os he contado que los indicios son más que esclarecedores en este sentido... es ridículo no querer verlos).
Acabo de darme cuenta de que aún no es hablado de esta leyenda. Pero, ¿realmente hace falta? Todos sabemos a que me refiero, ¿verdad? Y si hay alguien que está leyendo esto y no sabe lo que es, quizá es que no esta preparado aún para lo que va a ocurrir. Pronto. Muy pronto.
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