viernes, 14 de octubre de 2011

Popurrí de y-si-llueve-qué-ismos

Camina despacito, afianzando tus pasos. No corras aún. Siempre quedará la misma distancia para llegar. Mejor hacerlo de una pieza.

Si hace frío, hace frío. Si hace calor, hace calor. Si llueve, llueve. No depende de ti. Pero si quieres sonreír: sonríe.

Nuestra mente nos engaña. Si tiramos veinte veces una moneda al aire y las veinte sale cara, apostaríamos a que la siguiente sería cruz. “Sería demasiada casualidad que volviese a ser cara”, decimos. Y sin embargo, la mitad de las veces volverá a serlo. Las cosas no son tan difíciles ni tan fáciles como creemos. Las cosas son, sin más. Eso sí: si no tiras la moneda, nunca saldrá ni cara ni cruz.

Un cuento, una fábula, una leyenda… Siempre damos por hecho que son cosas fantásticas, irreales. Que simplemente son formas de contar algo a través de un mundo imaginario. ¿Alguna vez has pensado en como son los cuentos que se cuentan en el mundo de los cuentos? ¿Tan irreal crees que es tu vida?

El día que ese animalito que comparte tu vida te hable alucinarás, claro. Porque se supone que es imposible, sí. Pero sobre todo por lo que te dirá. Él sabe cosas de ti que no sabe nadie. Y tiene sus opiniones al respecto, claro. Aunque, por ahora, se las calla. Por ahora.

Si te entran unas ganas irrefrenables de saltar, ¡salta! Si deseas correr locamente, como cuando tenías seis años, ¡corre! Si el cuerpo te pide gritar con todas tus fuerzas, ¡hazlo! Si quieres llorar hasta que se te acaben las lágrimas, ¡adelante! Y si quieres que una mano tierna, una voz suave, unos ojos brillantes y una boca dulce te haga sentir único, ¡díselo!

Usa las palabras con sabiduría. Son tu mejor herramienta para decir lo que eres, lo que piensas y lo que sientes. Son solo eso, palabras; inútiles, frágiles, falsables y equívocas palabras. Lo que importa es lo que está detrás de ellas, claro. Pero aprende a cuidarlas, porque si lo haces bien, a pesar de todo, serán tu mayor tesoro.

Se un buen hermano. Se un buen amigo. Se un buen amante. Estarás ahí siempre, compartiendo lo mejor y lo peor. Harás feliz a tu gente. Te partirán el pecho y te lo curarán. Te harán subir al cielo para estrellarte contra el suelo. Pero haz lo que debes, haz lo que sientes que debes, siente lo que debes hacer. Y a cambio ganarás el mayor de los regalos. Un buen hermano. Un buen amigo. Un buen amante.

Creo en la belleza de las palabras. Creo en la intensidad de los sentimientos. Creo en el poder de las caricias. Creo en la complicidad de las miradas. Creo en el placer de los besos. Creo en las promesas sinceras. Pero en esas cosas creo. De lo único que estoy seguro es de las pruebas de los actos.

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