lunes, 10 de octubre de 2011

Ya lo dijo el poeta...

Intentaba beber agua. Pero al acercarme las manos llenas a los labios, el líquido se escurría a través de ellas, como si estuvieran llenas de agujeros invisibles, como si fueran auténticos coladores disfrazados de palmas y dedos. Y me angustiaba la sed.

Espectros etéreos se abalanzaban hacía mí. Eran apariciones cálidas, rebosantes de afecto, todas brazos extendidos hacia abrazos imposibles que ante el contacto contra mi piel desaparecían, insensibles, para materializarse de nuevo detrás de mí, como entes sólidos esta vez, pero que se alejaban de mi alcance en una negrura a la que nunca podía acceder. Y me angustiaba la tristeza.

Y a lo lejos aquella figura que me llamaba a gritos sin emitir ningún sonido. Me llamaba, me animaba, me reclamaba, me necesitaba. Y yo corría, desesperado por alcanzarla. Pero no avanzaba, no avanzaba... Era como si todo el universo fuera una inmensa cinta de correr, y como si cada una de mis zancadas lo arrastrase más y más detrás de mí. Y aunque el mundo iba quedando a mi espalda yo sabía que no avanzaba ni una sola pulgada, porque aquella figura seguía inmóvil, esperándome con la ansiedad de la locura que no dejaba de transmitirme, siempre a la misma distancia. Y yo no llegaba. No conseguía recortar el abismo de tiempo que nos separaba, pese a que había logrado hacer girar el espacio hasta convertirlo en un puro borrón ante mis ojos. Y de pronto aquella imagen se hacía más y más pequeña, quedando finalmente engullida por una niebla que atrapaba el grito mudo de su llamada para siempre. Y me angustiaba al pérdida.

Una niebla espesa me envolvía. Solo notaba un vago resplandor en una dirección, allí hacia donde me dirigía a tientas. Los ojos eran inútiles. Parecía como si esa niebla fuese una atmósfera propia de mi cuerpo, que me acompañaría siempre allá donde fuera. Mis manos extendidas buscaban posibles obstáculos en aquella oscuridad blanca que me envolvía, mientras mis pies avanzaban cautelosos, casi arrastrándose a ras de suelo, temiendo escalones o precipicios ocultos. Probé a cerrar los ojos, para no distraerme con aquella sopa de aire, y durante un tiempo parecía avanzar más cómodo con la negrura de mis párpados como telón de fondo. Pero cuando probé a volver abrirlos ya no había nada. Ni niebla, ni luz, ni cuerpo. Nada. Era el negro absoluto, el vacío, la nada de aquel que nunca vio ni puede imaginar lo que es la vista. Ni siquiera estaba seguro de que mi cuerpo siguiera ahí. Tenía la vaga sensación de notar mis brazos estirados, histéricos, en busca de un punto de referencia. Pero notaba que incluso esa sensación se perdía, al mismo tiempo que mis pies parecían quedarse adormecidos y desaparecía por momentos la noción de pisar suelo firme. El cuerpo se me dormía, se me iba, se iba, se iba... Desesperado, me lancé hacía delante en busca de algo con lo que chocar, con lo que golpearme, contra lo que sufrir, con lo que sentirme de nuevo. Y en vez de eso caí, de golpe, sobre la cama, justo cuando más me angustiaba la muerte.

El corazón desbocado, el sudor frío y los ojos abiertos de par en par, que se encontraron con los tuyos, preocupados. Una caricia en mi pecho que se hinchaba como un fuelle nervioso; unas palabras de consuelo por el mal sueño susurradas a mi oído, que me invitaban al sosiego del calor de tu presencia. El más dulce de los besos en la esquina de mis labios, y un abrazo incondicional lleno de la ternura de los cuerpos que se aman más allá de la piel. Y me perdí en tu sonrisa, en los pozos de tus ojos y en tu voz de sueño despierto, de acolchada realidad y mullido afecto. Desperté al más maravilloso de los sueños. Y me dormí en nubes de algodón, en la caricia de tu pelo y en la curva de tu piel, soñando que soñaba y que soñaba soñando.

Y bebí de la alegría de encontrar mi vida en ti.

5 comentarios:

  1. Es fantástico su blog. Poca gente aprovecha tan bien los días de lluvia.

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  2. ¡¡Muchas gracias!! :-)

    Y trátame de tú, por favor, jejeje. :-p

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  3. Pues a tuterase se ha dicho.

    Yo escribo en otro rincón que nada tiene que ver con las dietas... y a pesar de hacerlo con seis patitas lo hago malamente y por puro placer de jugar con las letras y las sensaciones pero lo que aquí he leído es mucho más.

    le seguiré aunque sea en silencio, hay mucho que leer por aquí

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  4. Localizado tu blog sextúpedo. ;-) Me ha gustado lo que he leído, así que cuenta con un nuevo lector (un lector que es algo "Guadiana", eso sí, tengo que reconocerlo...).

    Y encantado de tenerte por aquí. Siéntete en tu casa. ;-)

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  5. jajajaja... sorry, el título de Miss Guadiana lo ostento yo desde hace años en el mundo de los blogs, jajaja

    Encantada también. Agur

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