domingo, 25 de septiembre de 2011

Despedida y cierre

Despídeme de las interminables horas de los lunes, de las camas de los hoteles que no se usan para dormir, de las canciones tocadas a cuatro manos en el piano.

Di adiós de mi parte a los caminos desiertos, a los paseos nocturnos, a los apretones de manos.

Hoy me vuelvo a mi hogar sin retorno, a mi pequeña cárcel sin barrotes, a este pequeño corazón de piedra que tengo por casa.

Y no creo que vuelva, la verdad. Estoy cansado y quiero acostarme ya. Voy a dormir hasta olvidarme de querer despertar. Voy a soñar con que todo ha sido un sueño.

Buenas noches, lucero. Hasta siempre.

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