lunes, 19 de septiembre de 2011

Silencio

Callad, tontos. Callad todos. Que se pare el viento y la lluvia. Que callen los pájaros. Que una total afonía cubra las voces de hombres y bestias. Que nada caiga; y si cae, que lo haga con el silencio de una pluma o como un suave copo de nieve. Que ríos y mares se congelen en hielo silencioso. Que los pasos suenen vacíos como los corazones que odian. Que nada se escuche. Silencio. Silencio. Shhhhhh...

Que hoy ella duerme a mi lado. Que hoy siento su corazón latir junto a mi pecho. Que hoy escucho su tenue respiración, suave como la más exquisita de las sedas, acariciando mi oído. Que hoy mis dedos resbalan por su piel y por su pelo, susurrando hermosas sinfonías. Que eso sea lo único que se escuche. Que lo oiga el mundo entero. ¡O que se quede sordo si quiere, me da igual! Pero que lo pueda seguir escuchando yo. Ininterrumpidamente. Siempre.

Parad el mundo. Que yo me bajo. Pero con ella a mi lado.

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